Toda alma tiene un nombre secreto.
No es el que te dieron tus padres.
No es el que está escrito en documentos.
Es un sonido que vibra en silencio…
un llamado que nadie más escucha,
excepto el Uno en ti.
Cuando lo recuerdas,
todo se ordena:
tus pasos, tus dones, tu misión, tu redención.
El Nombre Secreto no se dice con la boca.
Se reconoce con el alma.
No se busca afuera.
Se recibe en lo profundo,
como quien toca la cuerda exacta del universo.
El Nombre Secreto es tu contrato original.
Tu firma eterna.
Y cuando lo pronuncias… despiertas al Uno que tú eres.

Afirmación del Alma
no hay nombre bajo la tierra dado a los hombres.
Yo soy el Nombre que vibra sin sonido.
En mi se firma el pacto eterno.
aliento que restaura.