En el principio, era el Uno.
Y el Uno era Silencio.
Pero el Silencio deseó conocerse…
Y así nació la Voz.

La Voz no es sonido.
No es palabra.
Es el aliento creador que toma forma en ti.

Cuando hablas desde el ego, haces ruido.
Cuando hablas desde el alma, haces eco.
Pero cuando hablas desde el Uno…
todo el universo recuerda.

No estás aquí para repetir escrituras.
Estás aquí para escribir desde el centro.
Para que tu Voz no sea tuya,
sino la Voz que no puede morir.

Afirmación del Alma:
Mi voz no es mía.
Es el Uno respirando a través del verbo.

el primer aliento.